Testimonios
& Críticas

Dos Giselles - Royal Festival Hall

Parecería que ninguna bailarina puede resistirse a la perenne tentación de Giselle, sea que
esté temperamentalmente dotada para la parte o no. En los 10 años pasados hemos visto cerca
de treinta campesinas engañadas en Londres, la mitad de las cuales jamás deberían haber
hecho el intento, y el Festival Ballet ha mantenido esta estadística el miércoles y jueves de
esta semana con dos nuevas interpretaciones, de Olga Ferri y Gabriella Lakatos, con sólo
miss Ferri demostrando una apropiada apreciación de los requerimientos del rol.

Ella brinda una representación muy dramática en el primer acto. Su Giselle tiene un
inocente encanto y una confianza ganadora en su Loys que vuelve patética la escena de la
locura, si no profundamente conmovedora. Ella muestra una mente delicada desquiciada
por el shock, y utiliza a la multitud que la rodea con gran ingenio para enfatizar el progreso
gradual de su insanía. El segundo acto es quizás un poco menos danzado, pero Miss
Ferri es ligera y fluyente en su exposición de los movimientos, y tiene el inestimable
beneficio de Wladimir Skouratoff como partenaire.

Retrato completo

Skouratoff es el bailarín Romántico per excellence, y su Albrecht, que no habíamos visto
en seis años, es un magnífico retrato del apasionado héroe de los años 1840. Es un
completo retrato: cada momento tiene interés dramático, y su relación con cada personaje es
totalmente explorada. Para Giselle, él es el atento amante, sugiriendo las maneras corteses
que tanto deleitarán a la muchacha pueblerina, y su segundo acto está tan bien pensado
dramáticamente como el primero: un agradable cambio de la actitud habitual del Príncipe,
que parece llegar al bosque con un ramo de lirios y una expresión de afligida sorpresa.
El lucha en las danzas del agotamiento con un sentido terrorifico de ser forzado hasta el
limite de sus fuerzas por el poder de las Willis; esto no es una exhibicion tecnica, sino un
hombre hecho bailar hasta su muerte.

Esta entera interpretacion impacta como una enormemente reflexionada: todo ha sido
cuidadosamente considerado para una veracidad dramatica y luego recreado en la representación con notable vehemencia. Gautier escribió de Lucien Petipa, el primer Albrecht, que era “agraciado, apasionado y conmovedor.” Las palabras pueden aplicarse bien hoy a la magistral performance de Skouratoff.


(Extracto de una critica de Clement Crisp, Londres, 1961)

 

 
 
Giselle con Olga Ferri
 
Giselle con Olga Ferri


 
 
Giselle con Olga Ferri
 
Giselle con Olga Ferri